MI HISTORIA
EDITH DEMATEI
Creadora del Método Quantum Living
Durante toda mi vida, hubo una búsqueda constante del amor que lo atravesó todo. Desde niña lo sentía como un anhelo profundo, lo busqué en cada vínculo, en cada logro, en cada etapa de mi camino y aunque muchas veces creí encontrarlo… nada más lejos de la realidad.
Crecí en una familia donde tuve que asumir responsabilidades demasiado pronto, mientras otros niños corrían detrás de lo habitual, yo me perdía en silencios, observando, imaginando, haciendo preguntas que no tenían respuestas… como si el mundo me hablara en un idioma distinto.
Construí caminos que parecían firmes, a mis 17 años me alisté en la carrera militar, no solo fue adiestramiento físico, aprendí valores, disciplina, fortaleza, el poder de la mente… luego fuí encargada de compañía, lideré grupos de más de 300 soldados, guié, enseñé y acompañé a otros transmitiendo confianza y unión en medio de la adversidad. Hoy comprendo que esa etapa fue una preparación silenciosa para la misión que años después tendría que enfrentar. Aunque sin uniforme ni disciplina extrema sino desde la consciencia y el alma.
El Ejército también me dió un compañero, el padre de mis tres hijos varones, que fueron mis guardianes silenciosos en este proceso, recordándome cada día el valor de seguir adelante. Luego de quince años tuvimos que enfrentar el divorcio, el cual rompió muchas estructuras familiares, mandatos y costumbres que había que desafiar pero, no había tiempo para sanar. Las responsabilidades y el dinero eran una preocupación constante en mí, asi que me aferré al trabajo donde durante años me dediqué al comercio y a crear mi propia empresa. Desde afuera, todo parecía un éxito pero desde adentro algo no estaba completo, a algo había renunciado.
El gran cambio llegó cuando conocí a mi Llama Gemela, ese encuentro removió todo lo que parecía estable. Al principio fue la sensación de haber encontrado el amor que había buscado toda mi vida, dos gotas de agua reconocidas en un acéano, el complemento perfecto. Disfrutamos dos años de esa magia y luego las máscaras comenzaron a asomarse y pronto comprendí que lejos de ser un cuento de hadas, era la puerta a mi mayor aprendizaje. Con la separación vino el caos y todo con él colapsó, el miedo es tan grande que no tienes adonde correr, el dolor es tan inmenso que no puedes ver más allá de la superficie y todas tus sombras se manifiestan al mismo tiempo. Había pulido tanto mi fortaleza… pero ahora me enfrentaba conmigo misma.
Detrás de la oscuridad está la consciencia, pero primero tienes que atravesar tu propio infierno y aunque parezca que estas sólo, nunca lo estamos….